"Capturar", es la primera película de una trilogía en la que el director recrea una terapia sentimental contínua. Fernando Merinero, a base de agitar y manipular emociones, obtiene confesiones muy íntimas que ponen al descubierto la naturaleza de la condición femenina. “Cuando pienso en Las 1001 novias me siento como un equilibrista caminando por la delgada línea que separa la ficción de la realidad, como un activista del corazón, como un agitador de emociones y a la vez como un seductor trasnochado burlándose de sí mismo y de su obra”.