El 1 de abril de 2022, día del estreno de Canallas, tuvimos el privilegio de contar con la presencia en nuestro Cine de Daniel Guzmán. Con la sala llena, recibimos al director, actor y guionista en su segunda película. Daniel ya nos había visitado hace seis años para presentar su opera prima: A cambio de Nada, con la que obtuvo el Goya al mejor director novel.
La película retrata a tres canallas de barrio, Joaquín, Brujo y Luismi, que vuelven a encontrarse después de veinte años. Los dos últimos siguen sin oficio, mientras que Joaquín se ha convertido en un importante empresario. O eso cree él. A sus 47 años sigue viviendo en Orcasitas, en casa de su madre, junto su hija y a su hermano. Joaquín vive en un 9ºB, a nueve pisos de su realidad, y un día recibe la notificación del juzgado informándoles del embargo de la casa por un préstamo de Joaquín que su madre avaló. Para poder conseguir el dinero y evitar el desahucio, los tres amigos inician una aventura desesperada para solucionar el problema, arrastrando con ello a toda la familia.
Canallas es la prueba de que, frente a la aparente solemnidad del drama, la comedia es un asunto muy serio. A lo complicado en que se ha convertido rodar una película en la actualidad, Daniel Guzmán le ha añadido la valentía de seguir su propio instinto y la voluntad de contar una historia personal que mantiene una relación complicada con la verosimilitud y, sin embargo, tiene una innegable conexión con la realidad.
El director se la ha jugado a fondo dándole el protagonismo a su colega Joaquín González, un personaje indomable que condiciona la acción, en un abanico que va de la genialidad al desconcierto.
La cinta mezcla a los personajes reales (Joaquín, Esther, Brenda, Chema o Víctor Ruiz ‘Popi’) que se dan vida a sí mismos, pero sin que se note mucho, con actores como, Luis Tosar, Luis Zahera, Julián Villagrán, Antonio Durán “Morris” o el propio Daniel Guzmán. A medio camino entre la realidad, siempre tan cerca de lo surreal, y la fabulación, que no puede ser más que cierta, la historia discurre por la pantalla como una provocación, como un estruendo.
Es una comedia que comparte lo que tiene de absurda, pero sin renunciar a la denuncia, a la chulería y hasta al orgullo. Exhibicionista y decente, cruel y divertida y hasta salvaje. La narración trata ceñirse al barrio, que es donde mejor funcionan las conexiones entre realidad y ficción que establece el director como terreno de juego para los tres protagonistas.
Daniel Guzmán en el coloquio deleitó al público con sus comentarios y anécdotas del rodaje. Dijo que había querido reírse y pasárselo bien con los suyos, con los que han sido los suyos desde la adolescencia de motos y de discotecas. La premisa era disfrutar y hacer disfrutar a todo el mundo. Conoce a Joaquín desde hace 16 años, estuvieron años sin verse y se han vuelto a reencontrar y confiesa que le ha gustado rodar con amigos y que había querido hacer un homenaje a la gente de su barrio.
En cuanto a las conexiones con su anterior película, los protagonistas de Canallas son tres adultos, pero parecen tres niños haciendo locuras. Entre risas señaló que el próximo salto será hacer una película de los mismos protagonistas, pero ya como abuelos.
Reconoció que sus grandes retos habían sido por un lado mezclar actores profesionales y no profesionales y por el otro hacer una película con mucho ritmo, que es el ritmo de la vida actual. Y señaló que había querido huir de toda formula aprendida y que quizás ha sido eso lo que le ha tenido siete años ocupado y una vida entera en la sala de montaje. Ha querido que no se sepa cuál es la realidad y la ficción: “he querido llevar la realidad a la ficción”.
Varios espectadores comentaron que se podía comparar su película con las de Berlanga. Y él director contestó diciendo que había hecho una película incorrecta, que no se ha autocensurado nada y que la película no tenía límites.
También contó que Movistar no le dejo que sus tres colegas hicieran la película, exigieron que fueran actores profesionales, finalmente solo se mantuvo a Joaquín en el reparto. Luis Tosar y él mismo encarnaran a los otros dos amigos. A uno de ellos, el Brujo, le molesto mucho no poder participar. Y comentó que Luis Tosar se lo paso en grande en el rodaje y que decía que nunca se había reído tanto haciendo una película.
Añadió que trabajar con actores no profesionales es muy complicado. Y explicó, bromeando, que tanto Luis Tosar como él mismo necesitaban una toma y que Joaquín a lo mejor hasta 70.
Reconoció con resignación que solo ha sido capaz de rodar dos películas en 17 años. Para hacer esta ha juntado 256 horas de material, lo que le hubiera dado para hacer 5 películas. Y después ha tenido que trabajar un año y medio durante 12 horas diarias para lograr terminarla.
Los espectadores rieron a carcajadas durante toda la película y en el coloquio y salieron de la sala comentando lo bien que lo habían pasado.
Texto y Fotos: Jesús Escudero. Coordinador Eventos Cines Zoco Majadahonda.
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