Harold era de los que decía que nunca se casaría, que nada había como ser el eterno soltero… hasta que dos ojos dulces le llevaron ante el altar. A partir de ese momento la trama de este divertido film de Harold Lloyd se articula en torno a tres tramos: una serie de recados que Harold debe hacer para su esposa; su paseo en el coche nuevo, acompañado por la familia política, lo que incluye una suegra insoportable, un cuñado gandul y un sobrino monstruito; y la equivocada creencia de Harold de que ha matado sin querer a su madre política. Hay pasajes genuinamente tronchantes, como la de Harold cargado de paquetes, a lo que se suma el pavo que le toca un sorteo; o los de la suegra sonámbula, para Harold un espectro regresado del más allá.
Para esta vez, volveremos a contar de nuevo con la muy estimable presencia de Adrián Begoña al piano, dando melodía a las imágenes que esta gran comedia de Harold Lloyd. Adrián Begoña es compositor y pianista de varios cines en donde interpreta e improvisa música durante la proyección de grandes clásicos del cine mudo. Una constante en sus actuaciones es que las proyecciones culminan siempre con una conversación con el público de la sala acerca de la película y la música.