Imanol Arias da vida a Vicente Ferrer, un hombre que eligió la acción como método para luchar contra la pobreza, transformando la tierra desahuciada de Anantapur, un distrito desértico de la India, en un paisaje fértil y productivo. La película se centra en los últimos treinta años del jesuita catalán para narrar su batalla contra enemigos que de entrada, parecen imbatibles.
A continuación, una breve introducción de los voluntarios de la Fundación Vicente Ferrer que nos acompañarán y guiarán en el coloquio posterior a la proyección:
ANA AYALA- Estudió en el Ramiro de Maeztu y trabajó largos años en el Sector de Artes Gráficas. Colaboradora de la Fundación Vicente Ferrer desde el 2005.- Conoció a Vicente Ferrer en persona y pudo contagiarse de su gran corazón hacia los más pobres. Ha estado en dos ocasiones en Anantapur y colabora de manera muy estrecha con la Fundación Vicente Ferrer en España tiene tres niños apadrinados, está involucrada de forma muy activa en el programa de Mujer a Mujer y participa en la Colaboración Activa (venta de artículos de las mujeres discapacitadas de los talleres de la Fundación) en cuantos eventos surjan a lo largo del año. Pero también colabora con el Banco de Alimentos, el Padre Angel, y donde la necesiten: el Voluntariado no necesita directrices, la calidad humana se demuestra andando y en cualquier circunstancia. Hace un Voluntariado “sui generis” en cualquier sitio y momento.
EUGENIO GARCIA- Estudió en la UCM Físicas en la especialidad de Informática. Toda su vida laboral se desarrolló en el ámbito de la Informática Sistemas Financiera, como Director de Proyectos. Actualmente está jubilado y se dedica a actividades altruistas y solidarias. Es Colaborador con la Fundación Vicente Ferrer desde el 2010, de la que es Representante para la zona Noroeste de Madrid. Tiene pendiente el viaje a la India para conocer en directo la labor de dicha fundación, tarea que espero poder realizar en el 2019.
INMACULADA TORME- Llevo 20 años, siendo socia-voluntaria de la Fundación Vicente Ferrer colaborando en la oficina y en los mercadillos vendiendo todo el material que hacen las mujeres discapacitadas de la India. He tenido el placer de viajar en tres ocasiones a Anantapur, donde se encuentra la Fundación. Aquí he vivido la mejor experiencia que he tenido en mi vida, inolvidable y única. Sentí una gran felicidad cuando visite a mis ahijados, incapaz de poder transmitirla con palabras. Un día de gozo y de plenitud que jamás hubiera imaginado, presenciando la gran transformación de la gente más desfavorecida, los parias, a en personas con dignidad, con otro sentido de la vida y por supuesto con un gran entusiasmo por la superación. He aprendido de ellos tantas cosas, que resaltaría, su profundo agradecimiento, su humildad, su autenticidad y su generosidad, entre otros. Y todo esto gracias a nuestro querido Maestro Vicente Ferrer, todo un ejemplo de vida.