ÓPERA EN DIFERIDO: «Don Carlos» V.O.S.

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Idioma

Original subtitulada a Castellano (Francés)

ÓPERA EN DIFERIDO: «Don Carlos» V.O.S.

Ópera en 5 actos

Cantada en francés

Libreto de Joseph Méry y Camille du Locle a partir de Friedrich Schiller, Don Carlos, Infant von Spanien

Opéra national de Paris

Duración aproximada: 4h50 con 2 entreactos

EQUIPO CREATIVO

Dirección de orquesta                                       Philippe Jordan

Dirección de escena                                          Krzysztof Warlikowski

Escenografía                                                         Małgorzata Szczęśniak

Iluminación                                                          Felice Ross

Vídeo                                                                    Denis Guéguin

Coreografía                                                          Claude Bardouil

Dramaturgia                                                         Christian Longchamp

Dirección del coro                                              José Luis Basso

Orquesta y Coro                                                 Orquesta y Coro de la Opéra national de Paris

EQUIPO ARTÍSTICO

Philippe II                                                             Ildar Abdrazakov

Don Carlos                                                           Jonas Kaufmann

Rodrigue                                                              Ludovic Tézier

The Grand Inquisitor                                          Dmitry Belosselskiy

Élisabeth de Valois                                             Sonya Yoncheva

PrincessEboli                                                       Elīna Garanča

Thibault                                                                Eve-Maud Hubeaux

Flemishenvoys                                                    Tiago Matos, Michal Partyka, Mikhail Timoshenko, Tomasz Kumiega, Andrei Filonczyk, Daniel Giulianini

Una voz del cielo                                                Silga Tīruma

El conde de Lerma                                             Julien Dran

Un mensajero real                                             Hyun-Jong Roh

Un monje                                                             Krzysztof Baczyk

PRESENTACIÓN

“¿Por qué habría de ser indiscreto si mi silencio no le causará sufrimiento, y posiblemente lo proteja? ¿Para qué mostrarle a quien duerme una nube de tormenta cerniéndose sobre su cabeza?… Basta con que la aleje de ti en silencio, que cuando despiertes el cielo esté despejado.” – El marqués de Posa, Don Carlos, Schiller, Acto IV, Escena 6

Si existe una ópera que desafíe los límites a todos los niveles, ya sean dramáticos o dramatúrgicos, es sin lugar a dudas Don Carlos de Verdi, la obra de un compositor italiano creada en francés, donde el clima de guerra con España y la melancolía de los seres humanos atraen nuestra atención sobre el destino de Flandes.

La política, la religión, la historia y el psicoanálisis se entrelazan aquí, intensificando cada vez más los miedos y tabúes entre los protagonistas. Krzysztof Warlikowski desnuda una tragedia perseguida por los fantasmas, colocando lo íntimo en el corazón de un fresco imaginario más verdadero que la propia historia. Junto con Philippe Jordan, revela al público la primera versión de esta gran ópera de cinco actos: la versión modificada por el propio Verdi para la primera representación de la obra en 1867. Repitiendo esta versión histórica, la Ópera de París programará la versión en cinco actos y en italiano de Don Carlos en 2019.

SINOPSIS

ACTO I

Escena 1: El bosque de Fontainebleau, Francia en invierno

Se oye un coro de leñadores y sus esposas, quejándose de su dura vida y de la guerra con España. Isabel, hija del rey de Francia, llega con sus damas. Asegura al pueblo que su próximo matrimonio con Don Carlos, hijo del rey de España, traerá el fin de la guerra.

Don Carlos, saliendo de su escondite, ha visto a Isabel y se ha enamorado de ella. Cuando ella reaparece, él inicialmente finge ser un miembro de la delegación del conde de Lerma, pero luego revela su identidad y sus sentimientos, a los que ella corresponde. Un cañonazo significa que la paz se ha declarado entre España y Francia, y Tibaldo informa a Isabel de que su mano va a ser reclamada no por Don Carlos, sino por su padre, el rey Felipe II. Lerma y sus seguidores confirman esto, sintiéndose Isabel obligada a aceptar, a fin de consolidar la paz. Se marcha a España, dejando a Don Carlos devastado.

ACTO II

Escena 1: El monasterio de San Jerónimo de Yuste en España

Los monjes rezan por el alma del emperador Carlos V. Su nieto Don Carlos entra, angustiado porque la mujer a la que ama ahora está casada con su padre.

Un monje que se parece al anterior emperador le ofrece consuelo eventual a través de Dios. El amigo de Don Carlos, Rodrigo, el marqués de Posa, acaba de llegar de las oprimidas tierras de Flandes. Le pide ayuda a Don Carlos en nombre del sufriente pueblo de Flandes. Don Carlos le revela su amor por su madrastra. Posa le anima a abandonar España y marchar a Flandes. Los dos hombres se juran amistad eterna. El rey Felipe y su nueva esposa entran a homenajear la tumba de Carlos V, mientras Don Carlos lamenta su amor perdido.

Escena 2: Un jardín cerca de San Yuste

La princesa de Éboli canta la “Canción del velo” sobre un rey moro y una fascinante belleza con velo que resulta ser su esposa abandonada. Isabel entra. Posa entrega una carta de Francia (y secretamente una nota de Don Carlos). A petición suya, Isabel se muestra de acuerdo en ver a Don Carlos a solas. Éboli deduce que ella, Éboli, es la persona a la que Don Carlos ama.

Cuando están a solas, Don Carlos le dice a Isabel que se siente infeliz y le pide que ruegue a Felipe para que lo envíe a Flandes. Ella rápidamente se muestra conforme, haciendo que Don Carlos renueve su declaración de amor, que ella rechaza piadosamente. Don Carlos sale frenético, gritando que debe estar maldito. Entra el Rey y se enfada porque la Reina está sola y desatendida. Ordena a su dama de compañía, la condesa de Aremberg, que vuelva a Francia, lo que impulsa a Isabel a cantar una triste aria de despedida. El Rey se acerca a Posa, cuyo carácter y activismo le han impresionado favorablemente. Posa ruega al Rey que deje de oprimir al pueblo de Flandes. El Rey considera poco realista la petición idealista de Posa, advirtiéndole de que el Gran Inquisidor lo vigila.

ACTO III

Escena 1: Atardecer en el jardín de la Reina en Madrid

Isabel está cansada y desea concentrarse en la coronación del Rey que se celebrará al día siguiente. Para evitar la fiesta de la noche, se intercambia las máscaras con Éboli, suponiendo que su ausencia no se notará, y se marcha.

Don Carlos entra. Ha recibido una nota sugiriendo una cita en los jardines, que él cree que procede de Isabel, pero que en realidad es de Éboli, a quien él declara su amor por error. La disfrazada Éboli se da cuenta de que él cree que ella es la Reina, y Don Carlos queda horrorizado al ver que ella conoce ahora su secreto. Cuando entra Posa, ella amenaza con decirle al Rey que Isabel y Don Carlos son amantes. Don Carlos impide a Posa apuñalarla, y ella sale con una furia vengativa. Posa le pide a Don Carlos que confíe en él cualquier documento políticamente comprometido que pueda tener y, cuando Don Carlos se muestra conforme, reafirman su amistad.

Escena 2: Ante la catedral de Valladolid

Se realizan preparativos para un auto de fe, el desfile público y la quema de herejes condenados. Mientras el pueblo lo celebra, los monjes arrastran a los condenados a la pila de leña. Les sigue la procesión real. El Rey se dirige al pueblo, pero Don Carlos presenta a seis diputados flamencos, quienes le piden al Rey la libertad de su país. El pueblo y la corte muestran su simpatía, pero el Rey, con el apoyo de los monjes, ordena el arresto de los diputados. Don Carlos saca su espada contra el Rey. El Rey pide ayuda, pero los guardias no atacan a Don Carlos. Posa interviene y convence a Don Carlos para que entregue su espada. El Rey entonces nombra a Posa duque. Se prende fuego a la pila de leña y, mientras las llamas empiezan a subir, se puede oír una voz celestial prometiendo la paz a las almas condenadas.

ACTO IV

Escena 1: Amanecer en el estudio del rey Felipe en Madrid

Solo y absorto, el Rey lamenta que Isabel nunca lo haya amado, que su cargo signifique que tenga que estar eternamente vigilante y que solo dormirá bien cuando esté en su tumba. Anuncian al Gran Inquisidor, un ciego nonagenario. El Rey le pregunta si la Iglesia se opondría a que asesinase a su propio hijo, y el Gran Inquisidor le responde que el Rey estaría en buena compañía: Dios sacrificó a su propio hijo. A su vez, el Gran Inquisidor exige que el Rey mate a Posa. El Rey rechaza matar a su amigo, a quien admira y aprecia, pero el Gran Inquisidor le recuerda al Rey que la Inquisición puede derribar cualquier rey; él mismo ha destruido antes a otros reyes. El Rey admite que carece del poder para salvar a su amigo y le ruega al Gran Inquisidor que olvide toda la discusión. El Gran Inquisidor replica “Ya veremos” y se marcha. Isabel entra, alarmada ante el aparente robo de su cofre de joyas, pero el Rey se lo muestra y, señalando el retrato de Don Carlos que contiene, la acusa de adulterio. Ella mantiene su inocencia y se desmaya. Él pide ayuda. Aparecen Éboli y Posa y cantan un cuarteto. El Rey se da cuenta de que ha juzgado mal a su esposa. Posa decide salvar a Don Carlos, aunque ello signifique su propia muerte. Éboli siente remordimientos por traicionar a Isabel; esta última, al recuperarse, expresa su desesperación.

Las dos mujeres se quedan a solas. Éboli confiesa no solo que ella robó el cofre porque ama a Don Carlos y este la rechazó, sino que, aún peor, ha sido la amante del Rey. Isabel le dice que debe irse al exilio o entrar en un convento, y sale. Éboli, sola, maldice el fatal orgullo que su belleza le ha causado, elige el convento antes que el exilio y decide intentar salvar a Don Carlos de la Inquisición.

Escena 2: Una prisión

Don Carlos ha sido encarcelado. Posa llega para decirle que será salvado, pero que él mismo tendrá que morir, incriminado por los documentos políticamente comprometidos que Don Carlos le ha confiado. Una figura sombría dispara a Posa en el pecho. Mientras muere, Posa le dice a Don Carlos que Isabel lo encontrará en San Yuste al día siguiente, y le dice que está feliz de morir si su amigo puede salvar Flandes y gobernar una España más feliz. Tras su muerte, entra Felipe, ofreciendo la libertad a su hijo. Don Carlos rechaza a su padre, repugnado por el asesinato de Posa. El Rey, viendo que han asesinado a Posa, expresa a gritos su dolor.

Suenan las campanas y llegan Isabel, Éboli y el Gran Inquisidor, mientras el pueblo exige la liberación de Don Carlos y amenaza al Rey. En la confusión, Éboli se escapa con Don Carlos. El pueblo es suficientemente valiente para amenazar al Rey, pero se siente aterrado ante el Gran Inquisidor y, al instante, obedece su enojada orden de calmarse y hacer una reverencia al Rey.

ACTO V

Escena 1: El monasterio de San Yuste a la luz de la luna

Isabel se arrodilla ante la tumba de Carlos V. Se compromete a ayudar a Don Carlos en su intento de cumplir su destino en Flandes, pero ella misma solo desea la muerte. Don Carlos aparece y tienen una despedida final, prometiendo encontrarse de nuevo en el Cielo. Felipe y el Gran Inquisidor entran: el Rey declara que habrá un doble sacrificio, y el Gran Inquisidor confirma que la Inquisición cumplirá con su deber. Sigue un breve juicio sumario.

Don Carlos, invocando a Dios, saca su espada para defenderse de los guardias del Gran Inquisidor, cuando, de repente, el monje emerge de la tumba de Carlos V. Agarra a Don Carlos del hombro y proclama en alto que la turbulencia del mundo persiste incluso en la Iglesia; no hay descanso salvo en el Cielo. Felipe y el Gran Inquisidor reconocen la voz del monje como la del padre del Rey, el anterior emperador Carlos V. Todo el mundo grita conmocionado y horrorizado, y el monje/anterior Emperador arrastra a Don Carlos a la fuerza hasta la tumba, sellando la entrada. Cae el telón.

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Duración | 290 minutos

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