Tema de la sesión: «El tiempo. Su naturaleza y su impacto vital». El 21 de mayo de 2024 el profesor de filosofía Victor Guedán debatió sobre este tema a través de la película «El rio» (Jean Renoir, 1951). Agustín de Hipona se sorprendía, hacia el siglo V, de que resultara tan difícil explicar la naturaleza del tiempo. Y, sin embargo, en el siglo XX se convirtió en un tema estrella, tanto para la ciencia física, como para la filosofía. Las primeras formularon, para definirlo, la Teoría de la relatividad restringida (Albert Einstein). La segunda merodeó en torno al modo particular de sentir el tiempo (Henri Bergson) y su importancia capital a la hora de precisar la condición humana (Martin Heidegger).
La metáfora evidente, para plasmar el tiempo, así como los cambios que hace posible en las cosas y las personas, es la del río. La utilizaron Heráclito de Éfeso (s. VI a.C.) y nuestro Jorge Manrique (s. XV). Jean Renoir hace otro tanto, recurriendo al caudaloso, lánguido, inmemorial Ganges. El río/tiempo de los occidentales no es el de los orientales; el de los adultos no es el de las adolescentes. Y, sin embargo, se trata del mismo tiempo.
Sinopsis: Historia de una joven perteneciente a una familia inglesa que vive en la India en la época de la posguerra. Allí conoce por primera vez el amor, la pérdida y todas las emociones propias de la adolescencia. El río recorre los sueños, encuentros y curiosidades de unas adolescentes que comienzan a transitar como adultas entre afanes juveniles equiparables a la serena y bella corriente del Ganges. Se trata, para muchos, de una de las películas más radiantes de todos los tiempos, dirigida por Jean Renoir en la India, en una etapa intermedia entre su periodo en Hollywood y su regreso al cine francés.
Martin Scorsese: “El río, de Jean Renoir, es, junto a Las zapatillas rojas, de Michael Powell, las dos películas en color más hermosas jamás hechas”.
“Las ilustraciones del país son de una belleza más allá de las palabras: la serenidad del río, el poder de las barcas contra la corriente, los bazares llenos de color y movimiento, y el brillo deslumbrante de las fiestas.” (Bosley Crowther: The New York Times).
Estéticamente prodigiosa, esta película del Maestro Renoir, que dejó un influjo notable en la propia cinematografía india, envuelve la historia, a un tiempo cotidiana y excepcional, del primer amor de adolescencia.