El viernes 17 de noviembre de 2023 tuvimos la oportunidad de regresar a nuestra juventud con una estupenda película de aventuras, “Los vikingos” (1958), del director Richard Fleischer. Un gran espectáculo visual de increíble fuerza poética que tuvo en su momento un gran éxito de público.
Para la presentación y posterior coloquio contamos con la presencia de Mª Eugenia Guzmán, cinéfila y crítica especializada en cine clásico, y Javier López Otaola, miembro de la Junta Directiva de Cines Zoco.
En los prolegómenos de la proyección se animó a los espectadores a visionar la película con los ojos de ese niño que todos llevamos dentro. Ese niño que creció con los tebeos del Capitán Trueno y de Jabato, ambos enfrascados en innumerables luchas con temibles enemigos y siempre al servicio de una hermosa dama.
Mª Eugenia comentó que la película fue producida por el propio Kirk Douglas, a través de Bryna Productions, que ya había producido “Senderos de gloria” (1957) de Stanley Kubrick y que posteriormente lo haría de otra del mismo director, “Espartaco” (1960). Esto tendría gran importancia durante la preparación del guion y el rodaje porque Douglas, que también era la estrella de la película, impondría su criterio frente al del director, Richard Fleischer. Como acabaría indicando este en sus memorias “Con Kirk Douglas uno no hace películas, sobrevive a ellas.” Y eso que unos pocos años antes habían coincidido en otra película de gran éxito, como fue “20.000 leguas de viaje submarino”, donde el actor quedó encantado con el trabajo de Fleischer.
El guion de la película es de Calder Willingham y Dale Wasserman, estando basado en una novela de Edison Marshall (“El vikingo”). A su vez, la obra literaria se inspiró en las sagas de Ragnar Lodbrok y sus hijos. Este personaje semi-histórico llevó a cabo razias en Inglaterra y Francia, y parece ser que fue capturado por el rey Aiella y arrojado a un pozo de serpientes (en la película Ragnar es arrojado a un pozo de lobos).
Javier destacó el poderoso ritmo de la película, la deslumbrante fotografía de Jack Cardiff, la emotiva partitura de Mario Nascimbene y la magnífica dirección de producción de Harper Goff. La preproducción duró más de un año porque Kirk Douglas quería una puesta en escena que fuese lo más fiel posible al mundo de los vikingos: se construyeron tres replicas exactas de barcos vikingos (drakkar) y de un poblado vikingo; el vestuario y armamento también fue cuidadosamente elegido (si, efectivamente, los cascos de los vikingos no llevaban cuernos). Hasta los protagonistas se dejaron crecer la barba para resultar más creíbles.
La historia refleja la confrontación entre la barbarie y rudeza de un pueblo salvaje, frente a un mundo civilizado configurado por nobles hipócritas y conspiradores. Los continuos giros narrativos hacen que al final los espectadores acaben por sentir más simpatía por los más auténticos, los vikingos.
En relación con las actuaciones, Mª Eugenia comentó lo bien que estaban los cuatro protagonistas, KirK Douglas (Einar), Tony Curtis (Eric), Ernest Borgnine (Ragnar) y Janet Leigh (Morgana). Curiosamente, aunque Borgnine hace de padre de Douglas, este era 48 días mayor que aquel, aunque en la película no se note. También señaló que, en el momento del rodaje, Curtis y Leigh estaban casados (incluso habían creado juntos una productora, Curtleigh Productions).
Javier recordó que era la película que más veces había visto (al menos diez veces entre los 12 y los 22 años) y que la escena del ataque con las hachas al castillo le fascinaba. Al igual que otros espectadores, también disfrutaba de joven con las escenas de las grandes juergas con cerveza y las de los vikingos saltando de remo en remo para celebrar la llegada a casa.
Una de las cosas que más divirtió al público es el aspecto de Morgana (Janet Leigh), con su destacado busto (parecía como si el “cruzado mágico de Playtex” se hubiese inventado en el siglo IX). Al público joven le pareció divertida, aunque advirtieron que algunas escenas les resultaban acartonadas. Ante esta afirmación Javier les comento que es muy interesante ver cómo ha evolucionado el cine, desde las grandes épicas idealistas de los años 50 a las actuales en las que prima sobre todo el realismo.
También comentaron que les había gustado mucho el prólogo narrado por Orson Welles con escenas animadas inspiradas en el tapiz de Bayeux y que lo que más les había impresionado de jóvenes eran las escenas de Ragnar arrojado al pozo de los lobos hambrientos y la del ataque del halcón a Einar.
¡Una auténtica joya del cine de aventuras!
Texto: Javier López Otaola, miembro de la Junta Directiva
Fotos: Estrella Urzaiz y Ana Ferro, socias colaboradoras
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