El 10 de marzo de 2024 recibimos a Celia Rico Clavellino, directora y guionista de «Los pequeños amores». Después de la proyección mantuvo un interesantísimo coloquio con el numeroso público que se acercó a Cines Zoco, animado por los premios que había obtenido la película el día anterior en el Festival de Cine de Málaga: Biznaga de Plata – Premio Especial del Jurado y Biznaga de Plata – Mejor interpretación femenina de reparto (Adriana Ozores)..
En el coloquio posterior al visionado de la película, se habló mucho de la tristeza. La tristeza de la madre, la tristeza de la hija y la tristeza en el estilo visual y la puesta escena de la película. La directora, Celia Rico, comentó que nada era blanco o negro. Un día puedes estar muy triste porque duermes sola en tu cama, y al día siguiente, muy feliz porque tienes la cama solo para ti. Sin embargo, eso no significa que tu vida sea feliz o triste.
En mi opinión, este matiz es de extrema importancia en la película. Estamos viendo una parte de la vida de una persona, llena de momentos tristes, pero también de momentos felices. No dejan de ser sólo eso, momentos. Y sirven para conformar y unir los temas de la película. El choque entre generaciones, las dudas existenciales sobre la maternidad o el impacto que pueden tener las decisiones que tomamos, son pequeños hilos unidos por momentos en la vida de estas dos mujeres.
También me pareció muy interesante un debate planteado en la película. Las personas no deberíamos depender de algo externo para poder valorarnos. El personaje de la hija, maravillosamente interpretado por María Vázquez, aunque tiene a su madre al lado, se está planteando irse a Estados Unidos. No es que no disfrute de estar con su madre, es que no sabe disfrutar del presente, de lo que está viviendo. Sin embargo, mientras la historia avanza, su personaje se va dando cuenta, no sólo de que no puede depender de nadie para ser feliz, sino de que también puede ser feliz donde está. Quizás un paseo con tu madre y con tu perro, te llene más que un viaje a Massachusetts con una persona con la que ni siquiera has establecido una relación.
La sencillez es un recurso clave de “Los pequeños amores”. Puede sonar a cliché, pero no hace falta el uso de grandes giros dramáticos, argumentales o estéticos, para representar algo, que en esta película va mucho más allá de lo que pasa en la relación de una madre y una hija. Una simple conversación, recordando lo sexy que se veía su marido con bigote, o un diálogo en la cama entre la madre y la hija, ya entrada la noche, contienen un significado extremadamente profundo. Un significado que no se queda entre las paredes de esa casa recién pintada (sea con rodillo o con pistola), un significado que Celia nos consiguió transmitir a una sala llena, que, al finalizar, se unió en un gran aplauso. A lo mejor no es la ovación de 10 minutos del festival de Cannes, pero como nos enseña la directora, eso no es lo que de verdad importa.
Sinopsis: Teresa cambia sus planes de vacaciones para ayudar a su madre, que ha sufrido un pequeño accidente. Madre e hija pasarán juntas un verano de lo más sofocante, en el que no conseguirán ponerse de acuerdo ni en las cosas más triviales. Sin embargo, la obligada convivencia removerá más de lo esperado y en las noches estivales Teresa vivirá momentos reveladores junto a su madre.
Texto: Javier Martínez, Comisión de Eventos de Cines Zoco.
Fotos y Video: Jesús Escudero, responsable de Eventos de Cines Zoco
Al finalizar el coloquio la directora nos dejó el siguiente mensaje:
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