El 21 de marzo de 2024 nos visitó la directora Itsaso Arana y el productor Javier Lafuente (Los Ilusos) para presentar “Las chicas están bien”. Después de la proyección entablaron un animado coloquio con los espectadores de Cines Zoco.
La película es un cuento de verano sobre la convivencia entre cuatro actrices y una escritora que ensayan una obra de teatro en un antiguo molino, apartado del mundo. Es la historia de un hechizo, con princesas, sapos, ríos, cartas y hasta un príncipe despistado. Durante esos días de ensayo, las chicas se irán conociendo y midiendo a través de los materiales que plantea la obra, y aportarán sus propias vivencias alrededor de los temas de sus personajes; el amor, la belleza, la orfandad, la fe, la amistad, la actuación, la muerte.
Historia muy fresca, llena de luz y color que comunica muy bien con el público y que dio lugar a un coloquio muy participativo con la directora y el productor, principalmente con intervenciones de mujeres.
La directora comentó que para ella, esta forma de rodar la realidad, a pocos centímetros del suelo, era lo natural, compartiendo una mezcla de ficción y realidad: “Necesitaba para mi primera película, hacer algo mío y propio, ha supuesto un camino potente de afirmación personal y he recibido más amor y comprensión de lo que hubiera imaginado”.
Explicó que la rodaron en 15 días con un presupuesto limitado y con la participación de muchas amigas, tanto las actrices como en el equipo de la película, logrando juntar sus dos pasiones, el teatro y el cine, de una manera profunda pero sencilla a la vez.
La película está rodada desde la absoluta libertad, la directora y también guionista la escribió sabiendo para quien la escribía, realizando inicialmente un traje a medida para cada actriz. Itsaso tenía la obra de teatro escrita, para más adelante escribir una primera versión del guion y luego en el rodaje improvisar, teniendo en cuenta también el aporte de las actrices sobre los temas de la película.
Más adelante encontró la casa en un pueblo de León como escenario de la película y se decidió a rodar en 15 días con la siguiente premisa: “lo que salga en esos 15 días, eso será la película” y confió en que “las chicas tenían que estar bien”. Todo ello contando con el apoyo de Los ilusos, aunque con un presupuesto acotado, pero con todo el apoyo de Jonás Trueba y de Javier Lafuente.
En cuanto a las actrices explicó que no tenía que descubrir a Bárbara Lennie e Irene Escolar, dos grandes actrices y amigas, con una amplia carrera a sus espaldas y quiso destacar también a Helena Ezquerro y a Itziar Manero, las más desconocidas. Ella las conocía porque estaban vinculadas al trabajo de su compañía de teatro (La Tristura) y explicó que son dos personas muy puras, con una mirada muy curiosa sobre el mundo y con un bagaje cultural profundo, con unas historias de orfandad que a ella le sobrecogen. Ellas tenían la sensibilidad e inteligencia para poder aportar a la película, algo super valioso y nada habitual. Le gustaba mucho el contraste de la juventud de ellas dos, con la veteranía y un bagaje artístico mayor cómo los que aportan Bárbara e Irene. De alguna manera, estas dos parejas conforman un grupo muy interesante al confluir sus saberes en la película.
Itsaso destacó que el rodaje estuvo muy determinado por el embarazo de Bárbara Lennie, que incorporó en la historia y que le permitió hacer giros de guion y terminarla con la preciosa carta de Bárbara a su futura hija.
Señaló que quiso reflejar varios tonos de interpretación, mezclar una parte fresca y ligera (las fiestas del pueblo), una parte más literaria (la obra de teatro), y otras partes más místicas o confesionales hasta llegar al cuento o la fábula; en definitiva, que la película tuviera diferentes tejidos o diferentes tonos. El precioso vestuario de época, con cancanes de volantes, que eligen para interpretar sus papeles y al que no renuncian para ir de picnic al río, adquiere un protagonismo especial en la película.
Javier Lafuente por su parte, destacó el trabajo inmenso de Itsaso y como había conseguido el engranaje de todas las piezas, el de las cuatro actrices, el trabajo de la niña, hasta el del sapo. El trabajo de producción supuso especialmente un trabajo de orquesta, como juntar a todo el equipo, hacerlo en tan poco tiempo y que todos estuvieran alineados, por encima de los aspectos económicos.
Contó también que el rodaje fue como un campamento de verano, donde se generó un ambiente muy especial y que les dio mucha pena terminarlo, con una sensación de que se había acabado el verano: “Fue una sucesión de picnics durante 15 días, una sensación realmente bonita”.
La película ha funcionado muy bien en la taquilla y además ha supuesto para Itsaso Arana su nominación a Mejor dirección novel en los Premios Goya de 2024, sin duda, una de las más agradables sorpresas de la temporada.
El público felicitó a los invitados y estos quedaron encantados de presentar una vez más sus películas en el Zoco y prometieron volver con la próxima.
Texto: Jesús Escudero y Carmenchu Alvarez, vocales de la Junta Directiva de Cines Zoco
Fotos y Video: Jesús Escuderro, responsable de Eventos de Cines Zoco
Al finalizar el coloquio nuestros invitados nos dejaron el siguiente mensaje:
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