Cuando escribió Le nozze di Figaro (Las bodas de Fígaro), Mozart creó una inolvidable obra sobre el amor y el deseo, sobre la fuerza primitiva de la pasión incontrolable. El director Sven-Eric Bechtolf presenta esta tormenta de emociones en el Festival de Salzburgo, a semejanza de una casa señorial inglesa de la década de 1920, inspirado sin duda por el escenario y el mobiliario de la serie de ficción Downton Abbey.
En una puesta en escena paralela digna del cine, la nobleza y sus sirvientes conviven juntos en un mundo propio, asegurando una acelerada acción que deriva, precisamente, del libreto, un juego de amor que nunca deja de entretener.
El joven director de orquesta Dan Ettinger fascina por la gran sensibilidad musical con la que dirige a un joven y atractivo reparto que está absolutamente preparado para salir en pantalla. Y son esos mismos cantantes – “la seductora soprano de dulce voz Marina Janková”, “la fascinante soprano Anett Fritsch” y “el carismático bajo-barítono Luca Pisaroni” (New York Times) – quienes capturan nuestros corazones. Todo suena tan lleno de vida y tan finamente ejecutado como se ve en el escenario. Al final, el Conde de Luca Pisaroni aborda con su impresionante voz a su melancólica Condesa (Anett Fritsch), con una copa de champán y una súplica de perdón. “Las olas de aplausos ya han comenzado, porque Bechtolf extiende el ‘corriam tutti a festeggiar’ de Da Ponte casi como una invitación al público, quien se une a la celebración con gusto” (Die Presse).
La obra final de la trilogía de Da Ponte triunfa como una gran velada de ópera en las manos de Sven-Erich Bechtolf con la Filarmónica de Viena – ¡una velada de música de Mozart simplemente maravillosa celebrada en el lugar de nacimiento de Mozart!