El jueves 12 de diciembre de 2019 proyectamos en el Zoco El Crack Cero de José Luis Garci y tuvimos un interesante coloquio con el actor Carlos Santos, el guionista Javier Muñoz, el director de fotografía Luis Ángel Pérez y el productor José Alberto Sánchez.
José Luis Garci ha abandonado el que parecía su retiro definitivo, llevaba sin rodar desde el año 2012, para completar la trilogía de su personaje fetiche, el detective Germán Areta (encarnado por Alfredo Landa en 1981 y en 1983), quien investiga un aparente suicidio en un Madrid en blanco y negro de 1975, año de la muerte de Franco. Y El crack cero se convierte en la precuela de los otros dos Craks narrando las investigaciones del detective Areta en los convulsos años de la Transición Española.
Como escribe Javier Ocaña en El País: El crack cero es una película de otro tiempo. Una reliquia meticulosa y calmada, dotada de esa placidez que otorga su montaje con innumerables encadenados y fundidos a negro, con la que parece que el cine no ha ido hacia adelante sino hacia atrás en estos últimos 35 años, y en la que el director madrileño se copia a sí mismo y a sus cracks en la estructura: prólogo que define a Areta frente a las ratas de alcantarilla en todas sus formas, presentación del conflicto en forma de encargo, investigación, muerte de alguien cercano y resolución final. Un relato en el que, junto a una teoría de la venganza, se añaden esos toques de historia de España tan característicos de la saga: la colza en El crack dos; el caso Almería, aquí.
Lo que quizá sea finalmente El crack cero es una película sin tiempo, habitante única en la cabeza de Garci, compuesta para la nostalgia de los fanáticos de los dos anteriores cracks. Un ideal melancólico con el que revivir a unos personajes míticos, Areta, El Moro, El Abuelo, Rocky, y donde quedarse a seguir soñando.
El crack cero es una película tan deliberadamente antigua, tan suya, tan insólita, tan valiente, tan suicida, tan desigual, tan personal, que se da la vuelta: igual es lo más fresco, por distinto, por ajeno a las imposiciones comerciales y artísticas, que se ha hecho en el cine español reciente.
Al público que estuvo en él coloquio le pareció una gran película con una maravillosa fotografía en blanco y negro y con homenajes contantes a los filmes “noir” y a sus autores. Como señaló una espectadora es como ver trozos de películas de cine negro enganchados unas a otros, todo ello desde la visión de José Luis Garci. Los homenajes del director al cine y a la literatura negros se suceden prácticamente sin descanso en casi toda la acción.
También se habló mucho de los actores, que rayan a un altísimo nivel, destacandose el trabajo de Carlos Santos y de Pedro Casablanc y de algunos secundarios como Luisa Gavasa o Miguel Ángel Muñoz.
Los invitados nos contaron detalles del rodaje y lo placentero que es rodar con Garci, un rodaje tranquilo y pausado, con jornadas de trabajo de pocas horas, lo que contrasta con el rodaje con otros directores, mucho más largos y difíciles. Ellos consideran un privilegio haber hecho esta película con el director al que admiran y del que se declaran amigos.
Os dejamos el vídeo con el mensaje de Carlos Santos para cerrar el coloquio:
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