La cineasta Emma Tusell nos visitó el pasado sábado, día 8 de mayo de 2021, para presentarnos su ópera prima como directora del documental Video Blues en el que, mediante videos VHS primero, películas súper 8 después y finalmente material digital, nos cuenta como recuerda su niñez y sus relaciones y sentimientos con su familia.
El film, Video Blues, resultó ganador del premio Rizoma, al mejor documental, y es la primera experiencia detrás de la cámara de Tusell, que es editora cinematográfica de profesión, al menos hasta ahora. Está lleno de nostalgia y quiere enfrentar al espectador con un espejo de cómo transcurrió su niñez y primera juventud, en lo que ella misma definió como “cine terapéutico”.
Ella y sus hermanos formaban parte de una familia acomodada, cuyos padres tenían la pasión de viajar y estaban largas temporadas ausentes del hogar, aunque en algún momento se les ve compartir esa aventura viajera y siempre con expresiones de cariño.
Sin embargo, Emma considera que fueron abandonados, especialmente por su padre, del que apenas hay unas imágenes en el documental y toda la película gira en torno a la tristeza que esa situación le produce.
Para ella hay un fotograma que se repite varias veces a lo largo del metraje que es un plano de Emma adolescente con la mirada perdida y una tristeza infinita en los ojos que recoge todo lo que ella quería transmitir.
En el coloquio posterior contó que de pequeña visionaba las cintas en busca de su padre, pero que como era el quien filmaba aparecía en muy pocas.
Esta impresión se ve brutalmente aumentada cuando el padre fallece en un accidente de automóvil, en el que también viajaba la propia Emma, a quien podemos ver en algunas imágenes las cicatrices que el suceso dejó en su cuerpo y en su rostro.
A partir de ese momento, comentó la directora, decidió seguir guardando y filmando imágenes para completar su relato, que culmina con el fallecimiento de la madre años después y el esparcimiento de sus cenizas.
Como herramienta para la narración utiliza dos voces en off, la de ella misma y la de su pareja Javier Cerdá, quienes opinan sobre las escenas que pasan y repasan y sobre cuyo significado muchas veces discrepan.
El coloquio fue fundamentalmente un dialogo interesantísimo entre Emma Tusell y Sandra Ruesga, socia de los cines desde el principio, y programadora de DOCMA (Asociación de Cine Documental).
En este diálogo la directora calificó la experiencia de sanadora y dijo que no le había provocado ningún conflicto con sus hermanos. Uno de ellos, por ejemplo, Felix Tusell fue el productor de la cinta y todos entendieron que era su visión y que cada uno podía tener la suya.
En resumen, dijo, ha sido una experiencia que le ha proporcionado felicidad y tristeza.
Al finalizar el coloquio la directora nos dejó el siguiente mensaje:
0 comentarios