El director Jaime Rosales y la productora y coguionista Bárbara Diez, presentaron el pasado 13 de octubre en nuestro emblemático espacio de “Directores en el Zoco”, su última película “Girasoles silvestres”, un film que narra el camino que recorre la protagonista (Anna Castillo), a través de sus relaciones sentimentales. Se trata, tal vez, de la película menos hermética del autor de “Las horas del día” y “La soledad”.
La película, que está narrada con importantes elipsis y tejida con la música de Triana y Pavarotti, se estructura entres actos, en los que Julia, una joven de 22 años y madre de dos niños, inicia un viaje personal en busca de su felicidad y la de su familia y narra las relaciones de pareja que mantiene con tres hombres.
El primero (Oriol Pla) es un tipo conflictivo, histriónico, lleno de testosterona, y violento, que “la quiere mucho, pero la quiere mal” – explicaron los invitados- del cual se separa tras recibir una paliza. El segundo (Quim Ávila) es el padre de sus hijos, un legionario que no quiere asumir responsabilidad alguna con ella ni con los niños, aparte de la económica. Y el tercero (Lluis Marqués), un antiguo compañero de estudios que es el único dispuesto a comportarse como un adulto y con el que, finalmente, recompone su vida. La narración forma un círculo, ya que este último es el único que aparece en dos capítulos: el primero y el tercero.
A destacar en la película la gran interpretación de Anna Castillo, en el papel de Julia, y de dos actores secundarios, Manolo Solo y Carolina Yuste, en los papeles de padre y hermana de Julia, a los que se echa de menos en más escenas. Lo que hace que lo mejor de la película se localice en el duelo interpretativo entre Oriol Pla y Anna Castillo.
Tras la proyección, se desarrolló un interesantísimo coloquio con los espectadores, en el que los invitados contestaron a todas sus preguntas.
Una de las primeras preguntas que se plantearon fue sobre el porqué del título, ya que no tenía ninguna relación aparente con el contenido de la película. A esto, los invitados respondieron que fue “algo poético”, como una referencia a los girasoles que buscan el sol.
Para Jaime Rosales son reseñables dos momentos en el filme, que narran dos peleas. Una al principio en la que se relata un acto de violencia machista y otra al final en la que la protagonista estalla y se enfrenta a su última pareja dando comienzo a la reconstrucción de la familia. “El resto es relleno”, dijo.
Sobre la fotografía de la película, brillante y con mucho color, indicó que estaba rodada en el Mediterráneo y que, por lo tanto, debía tener mucha luz, más cálida la de la parte central que se desarrolla en Melilla y un poco más azul en la primera y la última que transcurren en Barcelona.
Respecto a la música, Rosales dijo que Oriol Pla le había descubierto a Triana y que era un elemento de unión entre el autor, el personaje y el espectador.
Los invitados explicaron que la protagonista no es una víctima y que sabe enfrentarse a todas las vicisitudes que van ocurriéndole. Aprende a querer a los hombres de manera diferente y “tiene mucha seguridad y sabe salir de las situaciones malas”, aseguraron. Ella siempre había sido la más madura en sus relaciones y con el último él lo es más.
Sobre las elipsis de la narración “muy grandes” explicaron que están ahí para que las rellene el espectador -cualquier interpretación es buena- y sobre el personaje de Julia indicaron que la dimensión de madre está ahí desde el principio, al igual que su estatus social, de persona que vive en la periferia. También destacaron lasoledad de Julia y citaron como escena simbólica una en la que aparece haciéndose un selfie.
Todos los espectadores que intervinieron felicitaron al director y a la productora por la película y les agradecieron que hubieran elegido los Cines Zoco para su estreno.
Texto: Victoria García, Junta Directiva Cines Zoco Majadahonda.
Fotos: Jesús Escudero, Comisión Eventos Cines Zoco Majadahonda.
0 comentarios