El 10 de octubre de 2019 nuevo Directores en el Zoco organizado conjuntamente con Márgenes. En esta ocasión nos visitó la directora Helena Taberna con su documental Varados. El evento fue presentado por Diego Rodríguez, director del Festival Márgenes. Después de la proyección los invitados mantuvieron un interesante coloquio con nuestro público.
En el Mediterráneo, el mar sobre el que se fundó nuestra civilización, miles de refugiados aguardan a que Europa les acoja. A las puertas del viejo continente, luchan por mantener viva la esperanza a pesar de las precarias condiciones bajo las que subsisten. Varados se acerca a la vida cotidiana de esos refugiados de larga duración. En edificios ocupados en Atenas o en campos de refugiados repartidos por todo el país, estos hombres y mujeres siguen a la espera de una documentación que les permita continuar con sus vidas.
Varados, o cualquiera de sus sinónimos encallados, atascados, embarrancados, el título de esta película encaja como un guante a la realidad que muestra en sus imágenes, ajustándose más a la primera acepción por la presencia constante de barcos, los que reflejan, en este caso, el movimiento para entrar o salir de Lesbos. Se mueven los barcos, están varadas las personas.
La directora nos ha querido mostrar la situación de miles de personas, centrándose en apenas una docena de personajes, hombres y mujeres de edades variadas, incluso niñas adolescentes, que muestran un gran potencial, aprendiendo idiomas sin parar, pero atrapados sin salida, sin futuro, todo a la espera de unos papeles que parece que no llegan nunca.
Helena Taberna ha querido contribuir con este documental a remover las conciencias de los europeos, cada vez más acostumbrados a convivir con esta realidad y a que las autoridades no se pongan de acuerdo para tomar soluciones. Los poderes políticos no aparecen nunca en el relato y en la vida cotidiana de estas personas aparece la lucha contra sí mismos, contra la tentación de la rendición o incluso del suicidio. A través de escenas cotidianas la directora ha logrado retratar un peligroso sentimiento de indefensión: la espera. Y ha decidido huir de los parlamentos a cámara para ir introduciendo en off los pensamientos, dudas, diálogos y reflexiones de sus protagonistas, sirios, afganos, cameruneses, iraníes, en una suerte de continuo devenir sin avanzar un solo milímetro hasta poder moverse con libertad y legalidad, con documentación, por la Europa de sus sueños y de sus tormentos.
Tal vez lo más demoledor al escuchar los testimonios que recoge sea comprobar que, pese al dolor y la precariedad, los entrevistados sonríen con esperanza. Desde el entrenador de boxeo que trata de evitar que los más jóvenes caigan en malos hábitos, hasta el sirio en silla de ruedas que bromea sobre su talento para cocinar falafel, pasando por una adolescente decidida a convertirse en periodista o una pareja de Camerún que se abrazan recordando a su hija, todos sueñan despiertos, confían ciegamente en un futuro mejor. He ahí la crudeza de Varados, he ahí su llamada de auxilio a una Europa, la nuestra, incapaz de abrirles la puerta.
La directora en el coloquio estuvo muy interesada en conocer cómo había recibido el público la película y agradeció los comentarios de los asistentes. Y nos dejó el siguiente mensaje:
0 comentarios