El 26 de abril de 2014 se presentó El Viento se levanta, la última producción del genio japonés de la animación, Hayao Miyazaki, director de filmes como El viaje de Chihiro, (Oscar al mejor largometraje de animación en 2002); El castillo ambulante, La princesa Mononoke. Después de décadas de brillante trayectoria el director anunció en el último Festival de Venecia, que ésta era su última película, al menos de largometraje.
El cine de Miyazaki deja ver con todo su esplendor la magia del dibujo; cuando uno contempla las imágenes de este creador, ve trazos de emoción, de ternura… Como aquellos dibujos de los libros de antaño, cuando empezaban a ser bonitos y coloridos o como las líneas de emoción de las míticas series Heidi o Marco, donde colaboró el japonés como ilustrador. Ternura realista y a la vez efectos impensables en la animación convencional. Con Miyazaki se puede lograr todo en sus películas, pero con la huella del trazo manual. No se entrevén máquinas ni ordenadores en los dibujos proyectados.
El Viento se levanta nos presenta a Jiro, que sueña con volar y diseñar hermosos aviones, como famoso diseñador aeronáutico italiano Caproni. Corto de vista desde niño y por ello incapaz de volar, su genio pronto es reconocido y se convierte en uno de los más prestigiosos diseñadores aeronáuticos. Film biográfico que recrea hechos históricos que marcaron su vida, como el terremoto de Kanto de 1923, la Gran Depresión, la epidemia de tuberculosis y la entrada de Japón en la Segunda Guerra Mundial.
Tras la proyección del film en versión original, contamos con quien más ha estudiado el trabajo de Miyazaki, la escritora y crítica de cine, Laura Montero Plata, autora de “El Mundo Invisible de Hayao Miyazaki”, una monografía que ofrece todas las claves para entender su modo de ver la animación, la industria y, en definitiva, su universo cinematográfico.
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