Edén. Primer largometraje de Estefanía Cortés, estrenado en SEMINCI 2022
El tema se centra en cuatro personajes que acuden individualmente a Edén, se perfila como una empresa clandestina situada en plena naturaleza, que quieren acabar con su vida.
Cada personaje tiene distintas motivaciones que se van descubriendo a lo largo del desarrollo de la película, y van a convivir en ese espacio las últimas horas previas a sus muertes.
Los personajes están encarnados por:
Chartotte Vega: chica joven que ha tenido alguna vivencia o trauma que no es capaz de aceptar o superar.
Marta Nieto: algo más mayor, con problemas graves de personalidad, que le han hecho sufrir y en su historia de vida se ha autolesionado en múltiples ocasiones.
Israel Elejalde: personaje oscuro, que ha decidido apartarse de su hijo pequeño, al que confiesa que quiere mucho, y le puede dañar gravemente.
Ramón Barea: ya jubilado, que manifiesta estar en un proceso de cáncer y elige acortar, con ayuda, su proceso de muerte.
La relación entre ellos es compleja, se van sucediendo situaciones complejas que el espectador puede intuir o imaginar, y diálogos de forma muy contenida, fría e impersonal en unos casos y algo más cercana en otros.
La puesta en escena es dura, el desarrollo lento, y al final se precipita un desenlace dramático que deja al espectador en suspenso, interpretando la última escena.
Al terminar la proyección la sala quedó en silencio, ni siquiera hubo aplausos a la entrada de la directora.
Al comenzar el coloquio con algún comentario suelto, la directora dice que es “una película que necesita digerirse”.
A la pregunta de cómo le surgió este tema, comenta que hace ya algunos años leyó una noticia de Japón donde varias personas se habían reunido para acompañarse en el acto de suicidarse.
Se pone de manifiesto que todo se desarrolla en una atmósfera oscura fría, en contraste con el entorno, en plena naturaleza, un lugar casi idílico.
La motivación de cada personaje para estar allí, buscando morir, no se hace en ningún momento de forma explícita, se va dejando entrever, con la intención, dice la directora, de que cada espectador cree o imagine cada historia.
Para el guion es un reto no contar la vida pasada o acontecimientos de cada personaje, aunque cree que a lo lardo del metraje están suficientemente perfilados. También el utilizar un formato concreto, muy cerrado y muy pocos primeros planos.
A la cuestión del título de la película, comenta que el Edén el jardín bíblico, el paraíso, un lugar idílico donde se puede tener y conseguir todo, ¿qué mejor nombre para una empresa que te ofrece la mejor forma de cumplir tu último deseo?
En este punto se pone de manifiesto que los personajes van a un sitio muy lúdico, tranquilo y se convierte en un infierno.
La película no parece que se pueda enmarcar dentro de cine social, tampoco un thriller al uso, quizás mas cerca de un drama psicológico; por la dureza del tema, la directora aclara que lo ha tratado de forma muy sutil.
La escena final, se comenta que es inquietante y parece que queda a la interpretación y sensación de cada espectador.
Surgen comentarios y dudas sobre el tema central: ¿suicidio, eutanasia?
Son dos temas de actualidad, que socialmente se les da poca visibilidad, sobre todo el suicidio, no hay posibilidad de foros públicos donde tratar, debatir los casos reales que se dan en nuestro país.
Los personajes van a un lugar con la intención de morir, pero que se lo faciliten, la respuesta, que da la directora, es que el tema no pretende tratarse desde un punto de vista ético o moral, sino de la responsabilidad y libertad de cada individuo de decidir sobre cuándo y cómo dejar la vida.
Texto: Consuelo Colodron, Socia de Cines Zoco Majadahonda
Fotos: Jesús Escudero, Comisión Eventos Cines Zoco Majadahonda
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