El 3 de marzo de 2022 recibimos en el Zoco la visita del director Aitor Merino, que presentó su documental Fantasía. Esta es su segunda película, en la que retrata con una mezcla de nostalgia, ternura y humor, la singular vida en común de sus padres y en la que reflexiona sobre el paso del tiempo.
La carrera de Aitor Merino se ha desarrollado principalmente como actor de cine, habiendo trabajado en más de treinta largometrajes, una decena de obras de teatro y numerosos programas y series de televisión. Ha cursado estudios tanto de interpretación como de dramaturgia y dirección de escena. Como director rodó el cortometraje El Pan Nuestro, nominado a los Premios Goya en 2007, y ha dirigido dos documentales: Asier eta biok (Asier y yo) en 2013, presentado en el Festival de Cine de San Sebastián, donde obtuvo el premio Irizar del Cine Vasco, y a finales de 2021 ha estrenado Fantasía.
Fantasía es un documental que captura la intimidad de la familia del director durante un viaje en crucero por el Mediterráneo y donde reflexiona sobre la vejez, la familia y la memoria. El documental toma el título del nombre del crucero para turistas en el que se embarcaron el padre, la madre y los dos hermanos. Y ahí, en esa especie de celebración irónica y festiva del tiempo sin tiempo de unas vacaciones tan ridículas como plenas se desarrolla parte de la película. En ella vamos observando a la familia del director como a cualquier otra familia, y el tiempo que atraviesa cada imagen del documental es forzosamente el tiempo de todos.
Una de las mayores virtudes del documental es convertir su intimidad en algo público, reflejando sentimientos, emociones, pensamientos, actitudes y conflictos que todos podemos reconocer. En las buenas y en las malas todos podemos vernos en la común alegría y tristeza de la familia. La película es también un homenaje a los que no están, a través de las fotos, de los cuadros, de los dibujos de la madre y de las singulares intervenciones de la abuela paterna, que más tarde fallece y da paso a las últimas escenas del filme.
El director se atreve a mostrar momentos íntimos de su familia, al padre en calzoncillos, a la madre saliendo de la ducha y bailando casi desnuda, la dolorosa dificultad del padre para volver a tocar la guitarra en su senectud o la misma emoción de su hermana, al entristecerse por la mirada perdida y desorientada que va viendo apagarse en los ojos de su padre. Y todo esto es lo que cobra más valor en el documental, ya que normalmente es lo que se oculta, y aquí se muestra con mucha verosimilitud.
Después de la proyección, durante el coloquio, el director explicó que estuvo grabando a su familia durante cinco años, primero durante el Crucero (2015), donde sus padres celebraban sus 50 años juntos, y posteriormente en cada visita a la casa familiar de Pamplona.
Y explicó: “Mi hermana vive en Ecuador y yo en Madrid. Ambos nos fuimos muy jóvenes de casa, entonces el viaje en el barco fue un rencuentro absoluto. Lo de la cámara nació como una travesura, como un experimento. De hecho, nació como para tener el recuerdo. A bordo ya del buque nos dimos cuenta, mi hermana y yo, que probablemente sería el último gran viaje que haríamos los cuatro juntos. Tomamos el nombre de la película del barco: Fantasía, pero al mismo tiempo fue una invitación para hablar de lo contrario, de la realidad”.
Indicó que cuando volvieron del Crucero y su hermana Amaia se volvió a Ecuador, él siguió grabando a sus padres. Los padres se acostumbraron a que Aitor tuviera siempre el video encendido y actuaban con mucha normalidad, lo que le da mucha verdad a la película. Después de rodar muchas imágenes les contó a sus padres la idea de convertirlo en un documental y lo aceptaron con bastante naturalidad, solo preocupados por algunas opiniones o escenas que salen en los videos.
El director contó que siempre le había obsesionado un cuadro que había en su casa, el del abuelo al que no llegó a conocer. Era un óleo que copiaba una foto atípica en la que el abuelo aparece de espaldas caminando. Su idea con esta película fue componer su propio cuadro familiar.
Aparte de su hermana Amaia, tuvo la colaboración de su equipo y de Ainhoa Andraka como productora y montadora. Tenían más de 200 horas de grabación, por lo que se le hacía imposible, a él, ser objetivo con el material. El guion es de los dos hermanos Merino, junto a Ainhoa Andraka y a Zuri Goikoetxea.
El público en sus intervenciones valoró como el director de forma sencilla, utiliza la metáfora de un viaje y la reconstrucción subjetiva de partes de la vida de su familia, y como de esa sencillez surge la autenticidad de esta película.
También resaltaron otro de los valores del documental, la reflexión sobre la naturaleza fotográfica del cine y el almacenamiento de los recuerdos familiares a través de fotos y de vídeos. Y al finalizar el coloquio felicitaron al director por lo que les había conmovido el documental, por reflexionar sobre lo que realmente importa en el cine, que es la vida.
Texto y Fotos: Jesús Escudero. Coordinador Eventos Cines Zoco Majadahonda.
Al finalizar el coloquio el director nos dejó el siguiente mensaje:
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