Pocas veces se ha realizado una película tan atractiva, ingeniosa y seductora como la que tuvimos la ocasión de disfrutar el 15 de marzo de 2024, “El golpe” (1973), de George Roy Hill. Una cinta que rompió los esquemas de comienzos de los años 70, donde triunfaban películas violentas e intensas como “El exorcista”, “El padrino” y “The French connection”.
Una vez más, nuestros habituales expertos, Mª Eugenia Guzmán y Javier López Otaola, nos contaron numerosas anécdotas y mantuvieron un animado coloquio con el público.
Esta brillante historia sobre timadores que transcurre en la época de la Gran Depresión nació de la pluma de David S. Ward, un joven guionista que también tenía intención de dirigirla. Finalmente cayó en las manos del director George Roy Hill, que quiso contar con su pareja favorita, R. Redford y P. Newman, con los que previamente había trabajado en “Dos hombres y un destino”.
Sin duda, al éxito de la producción contribuyó la participación de lo mejor del sector: la legendaria Edith Head (ganadora de 8 Oscar) se encargó del fantástico vestuario; el premiado Robert Surtees de la fotografía; la dirección artística corrió a cargo del prestigioso Henry Bumstead.
Para Javier, uno de los grandes aciertos de la película es el aire nostálgico y “retro” del que está impregnada: narrada por actos, como si se tratara de una obra de teatro; incluyendo tarjetas entre actos que evocaban las ilustraciones del “Saturday Evening Post”; aplicando “cortinillas” en las transiciones de escena; con una magnífica banda sonora que recoge el “ragtime” de principios del sXX (incluyendo la icónica pieza para piano de Scott Joplin, ”The entertainer”); utilizando una paleta de colores ocres; y con unos decorados y vestuario muy cuidados que recrean magistralmente los años treinta.
Pero como señaló Mª Eugenia, si por algo destaca la película es el original y elaboradísimo guion, lleno de giros inesperados que conducen al despiste y que no solo consigue que el timador sea timado, sino que también lo sea el público. Al éxito también contribuyen unos ingeniosos diálogos, un ritmo narrativo que no decae en ningún momento y un divertido toque cómico. Curiosamente, la forma en la que el director nos muestra los entresijos del engaño y la planificación del golpe hace que los espectadores nos sintamos cómplices de los estafadores, que acaban cayéndonos bien porque no emplean la violencia y sacan a la luz la hipocresía de los supuestamente respetables.
Y qué decir de las actuaciones. Aunque las grandes estrellas sean Redford y Newman, en ningún momento la historia está en función de ellos dos, sino que ambos se desenvuelven en función de la historia. Mª Eugenia comentó que se nota la estupenda dirección de actores de Hill, que consigue un reparto homogéneo y a la vez versátil. Además del innegable atractivo de la pareja protagonista (se nota en pantalla que son grandes amigos), se puede disfrutar de un gran Robert Shaw en su papel de villano (la cojera que tiene es real, se la produjo días antes de comenzar el rodaje) y de un amplio elenco de geniales secundarios (Ray Walston, Harold Gould, Eileen Brennan, Charles Durning y Jack Kehoe). Los actores confesaron que había sido un rodaje divertido donde reinaba la camaradería y, efectivamente, eso se nota en la entrañable fraternidad que muestran los timadores en su lucha contra los poderosos.
Javier señaló que una de las escenas que más le gustaba era la de la noche anterior a la estafa, en la que el ritmo se para dando paso a una recreación melancólica del vacío existencial del personaje de Hooker (Redford), de su soledad, y de su necesidad de emociones fuertes para dar sentido a una vida que carece de ella.
Al público le encantó la película y se entablo un animado coloquio sobre los pormenores de la trama. Además, para animar el coloquio, se realizó una divertida encuesta para dirimir las preferencias del público entre Redford y Newman, ganando este por estrecho margen.
La cinta tuvo un éxito arrollador en taquilla y ganó 7 Oscar (mejor película, director, guion, dirección artística, vestuario, música y montaje). Sin embargo, Robert Redford se quedó sin el premio al mejor actor.
Texto: Javier López Otaola, miembro de la Junta Directiva de Cines Zoco
Fotos: Estrella Urzaiz, socia colaboradora en Eventos
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