El viernes 27 de octubre de 2023 proyectamos una de las películas más rompedoras de los años 60 del siglo pasado, “La jauría humana” (1966), del director Arthur Penn. En su momento fue un fracaso de taquilla en EEUU porque no gustó como quedaba retratada la sociedad americana y por el pesimismo y desesperanza que transmitía. Hoy en día goza de gran reconocimiento.
Para la presentación y posterior coloquio contamos con la presencia de Mª Eugenia Guzmán, cinéfila y crítica especializada en cine clásico, y Javier López Otaola, miembro de la Junta Directiva de Cines Zoco.
Antes de la proyección Javier hizo hincapié en la importancia del momento en el que se rodó la película, mediados de los sesenta, cuando empezaron las revueltas estudiantiles, las reivindicaciones afroamericanas, la guerra del Vietnam y el movimiento hippie. Esta cinta fue una de las primeras obras que inauguró una nueva forma de abordar las historias, con realismo y crudeza, sin censuras ni “happy ends” impostados, muy influenciadas en su estilo por el nuevo cine de autor que se hacía en Europa.
Mª Eugenia comentó que la película está basada en una obra de teatro de Horton Foote, que fue adaptada por la prestigiosa guionista y dramaturga, Lillian Hellman (pareja de Dashiell Hammett), suponiendo su retorno al mundo del cine después de ser víctima de la “caza de brujas”. Tanto ella como el director tuvieron numerosos encontronazos con el productor, el todopoderoso Sam Spiegel, quien acabo imponiendo sus decisiones en el guion y la dirección, así como en el montaje.
Uno de los aspectos más destacados es la elaboradísima construcción de personajes, de forma que hasta los secundarios juegan un papel primordial para crear un microcosmos complejo y asfixiante. Asistimos a un entramado de caracteres mezquinos llevados por la envidia, el racismo, el libertinaje sexual, el rencor, la incomunicación y que actúan como hienas enloquecidas (muy bien reflejado por el título de la película). La gente del pueblo se aburre y ahoga sus miserias en alcohol; los mayores actúan como colegiales mientras los jóvenes se divierten a costa de lo que sea, sin pensar en las consecuencias. En este contexto, el gran perjudicado es Bubber (Robert Redford), un perdedor, condenado injustamente por la ley y la sociedad. Solo hay un personaje que es honesto, pero que tiene que pagar por ello, el sheriff del pueblo (Marlon Brando), así como su esposa (Angie Dickinson). También acaban obteniendo una cierta redención la mujer de Bubber (Jane Fonda) y su amante (James Fox), aunque a un precio muy elevado.
Para Mª Eugenia el director logró sacar un gran partido de los actores en esta película coral, sobresaliendo especialmente las actuaciones de Marlon Brando, Jane Fonda y Robert Duvall (en uno de sus primeros papeles).
Uno de los espectadores indicó que parece que a Brando le gusta que le den palizas en las películas que actúa. Y es que, efectivamente, era así, le gustaba tener papeles en los que tenía las de perder, pero acababa redimiéndose (“La ley del silencio”, “Piel de serpiente”, “El rostro impenetrable”, etc.). Como anécdota, Javier comentó que, a instancias de Brando, para dar más realismo a la secuencia de la paliza, los actores actuaron a cámara lenta para posteriormente darle la velocidad adecuada en el montaje.
Hay varios personajes destacados en esta locura colectiva. El gran cacique del pueblo, Val Rogers (estupendo E. G. Marshall) tiene a todo el pueblo a su merced, pero es incapaz de comunicarse con su hijo al que quiere. El Sr Briggs (H. Hull), el referente del pueblo que sobrevuela en todas las escenas y que actúa como catalizador de la venganza. El Sr Stewart (R. Duvall), un pobre diablo que vive con la carga de haber traicionado a su amigo Bubber y que es incapaz de afrontar el adulterio de su mujer, pero que finalmente se transforma en un lobo más de la jauría.
Arthur Penn fue un cineasta influenciado por la nouvelle vague francesa en su estilo visual, que solía emplear la violencia como crítica social y ahondaba en la psicología de sus personajes, seres desplazados por la sociedad (Billy el Niño en “El zurdo”, Bonnie & Clyde en la película del mismo título, Jack Crabb en “Pequeño gran hombre”).
A pesar de la escasa acogida de la película, el cineasta logró resarcirse en su siguiente obra, “Bonnie & Clyde”. Con ella revolucionó el mundo del cine, cerrando la época de censura del código Hays y dando paso a películas más realistas y con escenas explicitas de sexo y violencia como “Danzad, danzad, malditos” (Sidney Pollack), “Cowboy de medianoche” (J. Schlesinger), “Grupo Salvaje” (S. Peckinpah), “Defensa” (J. Boorman), “Perros de paja” (S. Peckinpah), etc.
Al público le gustó mucho la película, aunque hubo bastante coincidencia en considerar que algunas escenas y personajes eran excesivos, como los adultos en la fiesta en la casa de los Stewart y los jóvenes que participan en el frenesí del desguace.
Texto: Javier López Otaola, miembro de la Junta Directiva de Cines Zoco
Fotos: Ana Ferro, socia colaboradora
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